Dejando a un lado las teorías de conspiración desatadas por los recientes eventos de la gripa de puercos que ha asolado a nuestra nación y a la comunidad internacional, podemos quedarnos con la certeza de que muchas personas han sacado ventaja del tapabocas para los ojos que el pánico ha querido colocar sobre cada uno de nosotros. Algunos lo han aceptado de inmediato y hasta han preguntado cuál es la forma correcta de colocárselo. Otros intentamos ver a través de la orilla, con el rabillo del ojo, mientras injustas manos intentan fijarlo frente a nuestras órbitas oculares.
Más que enumerar lo que ha ocurrido en estos días, quisiera más bien que alguien me ayudara a hacer recuento de lo que no hemos percibido.
Se aprueban leyes a nuestras espaldas, sin consenso de la gente, para la cual se supone que trabajan legisladores, diputados, senadores y demás politiquetes. Hoy, sólo un par de preguntas y reflexiones rápidas…
- Si ahora es legal portar una cantidad determinada de droga, pero no lo es cultivarla, cosecharla, procesarla y comerciarla, ¿estamos en vías de una legalización de la misma? Un periodista comentaba que es benéfica en el sentido de que no vuelve delincuentes a los adictos, pero, a mi modesto entender, ¿no lo son ya porque, al portarla, han contribuido a su comercio, el cual sigue siendo ilegal?
- Ahora, dentro de ciertas 'investigaciones' que lo requieran, policías podrán andar armados y con ropas de civil. Estos agentes undercover, desde luego, son de la más alta calidad moral y legal, en este país uno sería negativo y paranoico al creer que podrían usar estas ventajas para cometer más asesinatos y desapariciones políticas, que ya no necesitarán patrullas o vehículos oficiales para cometer secuestros y asaltos y que ahora estaremos más seguros porque son incorruptibles. ¿Ya te dio miedo? ¿Por qué? ¿No confías en tu policía?
- Esa misma confianza a la policía aplica a su poder para, una vez más, dentro de las 'investigaciones' que lo requieran, intervenir tu teléfono o revisar tus correos electrónicos, porque el delincuente se esconde hasta en las mejores familias. Creo que usaré mi cuenta electrónica personal y habitual para planear mis ataques terroristas contra las sedes de los partidos políticos, y mi línea de teléfono de casa y oficina para coordinar los eventos. Celulares sin registro, café Internet, cuentas falsas y reuniones en lugares públicos ya no aplican para el hampa.
Forzoso quitarse el velo, por favor, y analizar lo que se nos presenta más allá de los comentarios de un presentador de noticias en televisión. Piensa por ti mismo, cuestiona a la autoridad.
rodävlas
lunes, 4 de mayo de 2009
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