- El IFE, organismo completamente autónomo y soberano de sí mismo, decidió multar a TV Azteca y Televisa por… esperen, no, ya no los multó… ah, no, sí… no, que siempre no…
- Radiohead vino a México luego de unos cinco lustros de ausencia en estas tierras, tocó para miles de personas y los afortunados que pudimos asistir somos ahora un poco más felices por ello. Gran banda, gran sonido, grandes canciones… ups, pésima organización
- El impuesto a la posesión de un auto en México, denominado tenencia, permanecerá vigente aún en 2009, pues ya está considerado en presupuestos estatales. No crean que va a durar mucho, sólo este año que habrá Juegos Olímpicos…
- En medio de la crisis global, el presidente ruso Dmitry Medvedev dispuso de un plan para rearmar a su país 'hasta los dientes'… parece que miles de misiles nucleares no son suficientes para satisfacer sus fijaciones fálicas y necesita más juguetes de destrucción para extinguir a la raza humana y de paso al resto de animalitos de la creación con los que compartimos Gaia. Debe ser pariente lejano de los Bush
- Barack Obama viene a México en abril, y tras la visita de Hillary Clinton y sus declaraciones posteriores… ¿estaremos un pasitito más cerca de una mejor cooperación y entendimiento entre nuestras naciones?
- Un murciélago fue descubierto pegado a uno de los tanques externos de combustible del transbordador Discovery, antes de que partiera hacia la estación espacial internacional. No se ha confirmado si Drácula formaba parte de la tripulación o no
- El Monstruo de Amstetten, josef fritzl (recuerden niños, a las personas con baja calidad humana, no se les nombra con mayúsculas), aceptó los cargos de secuestro y violación de su hija por más de una década. Personas de tal calaña merecen ser puestas en cuartos de 3 x 2m y jamás deberían volver a sentir la luz del sol directamente sobre sus caras
- Los banqueros analizan la propuesta de Banxico para bajar sus comisio… no la aceptaron
- El nuevo sencillo de Paulina Rubio se llama 'causa y efecto'. Causa: la aceptación generalizada de música desechable por parte de la adocenada masa. Efecto: náusea, vómito, escamas, verrugas y resequedad en la piel, prurito en los genitales, producción masiva de cerumen en el canal auditivo, diarrea, champiñones en las patas y sudoración masiva en el trasero, y esa es la noticia más importante de este mes
- Eliott Ness reencarna en mexicano. Nuestro honorable presidente, está al frente de la batalla contra el narco. Es una pena que haya miles de Al Capones reales y en potencia hoy en día, con armas más avanzadas, sofisticadas y grandes que las del ejército, mejor organización, más dinero y un anhelo por la materia prima que distribuyen que va en aumento
- luis echeverría ha sido exonerado de los cargos por genocidio. Este denodado imbécil se va a morir impune, como díaz ordaz
- Jugador monstruoso, afectado de sus facultades mentales, de carácter intolerante, violento y constipado de la selección mexicana de panbol estalla en cólera y reta a verse a la salida a inocente, amable, tierno y nada cínico reportero. Y luego, cual microbuseros o taxistas, la jauría de tiburones del cuarto poder le dan una admonición para que aprenda a portarse bien y a no contestar así a sus mayores
- Queda restringida la verificación vehicular a personas que hayan realizado el tan necesario trámite de actualización de tarjeta de circulación. No confundirlo con otra maniobra para sacarle todavía más dinero al pueblo ahora que estamos en tiempos de abundancia
- Hace unos días, muchos apagamos la luz durante una hora un sábado en la noche. ¿Será ingenuidad pedir que se repita y que más gente (gobiernos, empresas, organizaciones) participe? Esta clase de esfuerzos de colaboración humana, organizados y por el bien de nuestro planeta y futuro son exactamente lo que me lleva a pensar que igual y mañana no es el fin del mundo
rodävlas
martes, 31 de marzo de 2009
lunes, 30 de marzo de 2009
Cuatro décadas, otro fallo
Hace poco más del lapso que da nombre a esta columna se iniciaron en el mundo diversos movimientos políticos que agitaron ciudades tan diversas y equiparables como Moscú, México, Berlín y París, entre otras, estableciendo álgidos puntos en la historia humana en el ahora emblemático 68 y que continuaron hasta bien entrada la década de los 70 del siglo XX (si aceptas el calendario gregoriano, claro).
Como mexicanos, nos afecta y atañe en específico la masacre de estudiantes acaecida en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, donde, según recuentos denominados no oficiales, cerca de 400 personas murieron a causa de sicarios de guante blanco (la versión oficial es de sólo 40 occisos). Sus ramificaciones han marcado parte importante del ir y venir político, legal, cultural y social del mundo entero.
Nací siete años después de esos hechos, y no tuve conciencia de ellos sino hasta mucho más tarde; pero a lo largo de mi vida, conforme sabía más y se develaban sucesos, testimonios (incluyendo el de un pariente muy cercano, ahora finado), detalles y procesos legales, un sentimiento tristemente compartido por muchos se hacía más y más evidente, el de la impotencia ante la impunidad.
Hace unos días el gobierno y el sistema judicial mexicano nos han probado de nueva cuenta que el poder brinda inmunidad, y que a pesar del paso del tiempo y cambio de partido en el ejercicio del poder, Díaz Ordaz se ríe de nosotros en algún círculo del infierno y Echeverría ya puede ir a hacer sus compras de nueva cuenta a La Cómer, porque no se ha probado que hayan participado en los eventos de la citada masacre. Tras tres años de arresto domiciliario (inserte aquí su comentario lleno de ironía y humor negro calificando tan estricto arraigo), el expresidente ha sido exonerado del cargo de genocidio y ahora sólo le faltaría organizarse un desfilito en Reforma para saludar a la gente y hacer una imitación de Nixon frente a las cámaras, sólo cambiando el signo de amor y paz y la frase "I'm not a crook!" por un dedo medio levantado con el reverso de la palma hacia el frente y una hermosa línea como "¡En tu culo, justicia humana!"
Esta palmadita en la mano estilo pinochet al execrable exsecretario expresidente echeverría (sí, con minúsculas como ellos mismos) deja un sabor de boca que es difícil describir para este neófito tiralíneas. Mientras que mi poco conocimiento de los ires y venires políticos y legislativos de nuestro país me llevan a celebrar que se hayan al menos iniciado procesos legales contra genocidas comprobados, requiriendo agallas para generar las respectivas órdenes de aprensión y comprobando que aún queda gente comprometida con la verdad y la justicia humana (deseando que no hayan sido simplemente atolito con el dedo que tanto nos gusta a los que vivimos fuera de la Isla de la Fantasía), el desenlace de los mencionados juicios y la partida de este mundo o dimensión de los actores principales en lo que podría definirse técnicamente como inocencia de los hechos, me deja anhelando que, durante muchas noches que hayan seguido a los acontecimientos, estos brillantes y destacados protagonistas de pesadillas hechas realidad hayan sido atormentados virtualmente en sus sueños tras haber cenado el pesado plato del asesinato; que si existe la loada justicia divina (que creo que sí), la recompensa a tan detestables actos de tal magnitud sean llagas abiertas por una eternidad más un día, ya que dudo que el arrepentimiento verdadero pueda formar parte de sus momentos finales u obscuras vigilias de contemplación retrospectiva.
Tras la breve victoria que nos otorgó el 29 de noviembre de 2006 el Magistrado Ricardo Paredes Calderón del Segundo Tribunal Unitario de Primer Circuito de Procesos Penales Federales, decretando auto de formal prisión a luis echeverría álvarez (sí, otra vez con minúsculas, y se me va a hacer costumbre) por el delito de genocidio por las matanzas de estudiantes en 1968 y 1971, y a poco más de cuatro décadas de los hechos, hemos perdido el juicio.
rodävlas
Como mexicanos, nos afecta y atañe en específico la masacre de estudiantes acaecida en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, donde, según recuentos denominados no oficiales, cerca de 400 personas murieron a causa de sicarios de guante blanco (la versión oficial es de sólo 40 occisos). Sus ramificaciones han marcado parte importante del ir y venir político, legal, cultural y social del mundo entero.
Nací siete años después de esos hechos, y no tuve conciencia de ellos sino hasta mucho más tarde; pero a lo largo de mi vida, conforme sabía más y se develaban sucesos, testimonios (incluyendo el de un pariente muy cercano, ahora finado), detalles y procesos legales, un sentimiento tristemente compartido por muchos se hacía más y más evidente, el de la impotencia ante la impunidad.
Hace unos días el gobierno y el sistema judicial mexicano nos han probado de nueva cuenta que el poder brinda inmunidad, y que a pesar del paso del tiempo y cambio de partido en el ejercicio del poder, Díaz Ordaz se ríe de nosotros en algún círculo del infierno y Echeverría ya puede ir a hacer sus compras de nueva cuenta a La Cómer, porque no se ha probado que hayan participado en los eventos de la citada masacre. Tras tres años de arresto domiciliario (inserte aquí su comentario lleno de ironía y humor negro calificando tan estricto arraigo), el expresidente ha sido exonerado del cargo de genocidio y ahora sólo le faltaría organizarse un desfilito en Reforma para saludar a la gente y hacer una imitación de Nixon frente a las cámaras, sólo cambiando el signo de amor y paz y la frase "I'm not a crook!" por un dedo medio levantado con el reverso de la palma hacia el frente y una hermosa línea como "¡En tu culo, justicia humana!"
Esta palmadita en la mano estilo pinochet al execrable exsecretario expresidente echeverría (sí, con minúsculas como ellos mismos) deja un sabor de boca que es difícil describir para este neófito tiralíneas. Mientras que mi poco conocimiento de los ires y venires políticos y legislativos de nuestro país me llevan a celebrar que se hayan al menos iniciado procesos legales contra genocidas comprobados, requiriendo agallas para generar las respectivas órdenes de aprensión y comprobando que aún queda gente comprometida con la verdad y la justicia humana (deseando que no hayan sido simplemente atolito con el dedo que tanto nos gusta a los que vivimos fuera de la Isla de la Fantasía), el desenlace de los mencionados juicios y la partida de este mundo o dimensión de los actores principales en lo que podría definirse técnicamente como inocencia de los hechos, me deja anhelando que, durante muchas noches que hayan seguido a los acontecimientos, estos brillantes y destacados protagonistas de pesadillas hechas realidad hayan sido atormentados virtualmente en sus sueños tras haber cenado el pesado plato del asesinato; que si existe la loada justicia divina (que creo que sí), la recompensa a tan detestables actos de tal magnitud sean llagas abiertas por una eternidad más un día, ya que dudo que el arrepentimiento verdadero pueda formar parte de sus momentos finales u obscuras vigilias de contemplación retrospectiva.
Tras la breve victoria que nos otorgó el 29 de noviembre de 2006 el Magistrado Ricardo Paredes Calderón del Segundo Tribunal Unitario de Primer Circuito de Procesos Penales Federales, decretando auto de formal prisión a luis echeverría álvarez (sí, otra vez con minúsculas, y se me va a hacer costumbre) por el delito de genocidio por las matanzas de estudiantes en 1968 y 1971, y a poco más de cuatro décadas de los hechos, hemos perdido el juicio.
rodävlas
lunes, 23 de marzo de 2009
Dalits
El cuerpo descalzo de la encorvada y cabizbaja joven apenas roza el sari de la mujer que está pronta a cruzar la calle y, como premio a esta insolencia, la humilde chica recibe una patada, escarnios e insultos, la gente alrededor no se inmuta, voltean hacia ellos con un aire de normalidad, de costumbre, en la empolvada calle es escena común y corriente.
Perteneciente a los dalit, la joven está acostumbrada a este tipo de tratos, finalmente es una intocable, el escaño más bajo en el sistema de castas de la India.
Como los judíos a ojos de los nazis, como los hispanos y negros a ojos de caucásicos, como la basura blanca de cuello rojo a ojos de las altas clases acomodadas, como los indígenas a ojos de los citadinos civilizados, como los ateos a ojos de los religiosos, como los subculturizados a ojos de los estandarizados, como los discapacitados ante los completoantropomorfos, como los mal llamados chilangos a ojos de los provincianos, como los extranjeros a ojos de los nacionales, como los granjeros a ojos de los sindicatos, como los asiáticos, nerds, geeks, mexicanos, latinos, sudafricanos, blancos, franceses, italianos, plebeyos, gays, chachas, jardineros, taxistas, microbuseros, prietos, güeros, gringos, rockeros, heterosexuales, argentinos, taqueros, tatuados y ancianos, todos, absolutamente todos podemos ser blanco o ejercer algún tipo de discriminación.
Los motivos de la misma pueden ser tan variados y arbitrarios como los cereales, pero el origen siempre es el mismo, intolerancia, ignorancia y miedo.
Estamos acostumbrados desde pequeños a desenvolvernos en círculos incluyentes y excluyentes que crean denominaciones fuera del contexto general de raza humana. Estos grupos forman caldos de cultivo que dan pie a los más diversos tipos de separación, aislamiento y socialización, generando características que se consideran, tanto por pertenecientes como ajenos, definitorias de una persona.
Bajo ese esquema, soy un latino, mexicano, artista, rockero, hispano, geek, nerd, clasemediero, pelón, narizón, dibujante, macho, heterosexual, monero, poeta, bohemio, chilango, citadino, capitalino, buga, inmaduro, soltero, artistoide, rebelde, pobre, escritor, pervertido, post-católico, librepensante, no titulado, diseñador amateur, novio, rico, ecologista, hijo, prodigio, sobrino, mediocre, tío, purista y melancólico. Y por si fuera poco, me huelen las patas.
Todas las definiciones anteriores sólo forman una faceta de lo que es mi conjunto, mayor a la suma de mis partes (incluidas las inmencionables), y todas y cada una de ellas, contemplada desde el punto de vista opuesto, es deleznable, obscena y rechazable, o, desde una perspectiva afín, perfectamente acertada y defendible.
Tendemos a juzgar y condenar por las particularidades que vemos (o creemos ver) en los demás. Categorizamos y creamos taxinomia y mathesis con valores completamente subjetivos y que deberían no ser tomados en cuenta para calcular el valor de una persona, dejando a un lado el hecho de quién rayos nos autorizó para hacer dicha valuación, la cual siempre será particular y jamás podrá formar parte de una generalidad justa o válida, porque ninguna lo es más que la básica, la de ser.
Ni siquiera nuestra condición de humano inteligente nos coloca por encima de las amibas, percebes, casuarios, champiñones, secuoyas, cuervos y helechos. La Declaración Universal de los Derechos Humanos pronto debería verse incluida en la Declaración Universal de los Seres Vivos y esta, a su vez, deberá incluirse en la Declaración Universal de los Derechos de la Tierra, del Sistema Solar, de la Vía Láctea y la Declaración Universal de los Derechos del Universo.
En la Isla de la Fantasía, el valor de una persona es determinado por sus acciones y respeto hacia las diferencias y similitudes de los otros, por su honestidad, no por el lugar y situación económica dentro de la que nació, por si usa sombrero o lentes, por quiénes son sus padres ni por lo que decidió no estudiar.
Ahora confieso, he discriminado. Una estrellita en la frente para los que lo aceptemos y comencemos a intentar no hacerlo. Dejemos de ser dalit.
rodävlas
Perteneciente a los dalit, la joven está acostumbrada a este tipo de tratos, finalmente es una intocable, el escaño más bajo en el sistema de castas de la India.
Como los judíos a ojos de los nazis, como los hispanos y negros a ojos de caucásicos, como la basura blanca de cuello rojo a ojos de las altas clases acomodadas, como los indígenas a ojos de los citadinos civilizados, como los ateos a ojos de los religiosos, como los subculturizados a ojos de los estandarizados, como los discapacitados ante los completoantropomorfos, como los mal llamados chilangos a ojos de los provincianos, como los extranjeros a ojos de los nacionales, como los granjeros a ojos de los sindicatos, como los asiáticos, nerds, geeks, mexicanos, latinos, sudafricanos, blancos, franceses, italianos, plebeyos, gays, chachas, jardineros, taxistas, microbuseros, prietos, güeros, gringos, rockeros, heterosexuales, argentinos, taqueros, tatuados y ancianos, todos, absolutamente todos podemos ser blanco o ejercer algún tipo de discriminación.
Los motivos de la misma pueden ser tan variados y arbitrarios como los cereales, pero el origen siempre es el mismo, intolerancia, ignorancia y miedo.
Estamos acostumbrados desde pequeños a desenvolvernos en círculos incluyentes y excluyentes que crean denominaciones fuera del contexto general de raza humana. Estos grupos forman caldos de cultivo que dan pie a los más diversos tipos de separación, aislamiento y socialización, generando características que se consideran, tanto por pertenecientes como ajenos, definitorias de una persona.
Bajo ese esquema, soy un latino, mexicano, artista, rockero, hispano, geek, nerd, clasemediero, pelón, narizón, dibujante, macho, heterosexual, monero, poeta, bohemio, chilango, citadino, capitalino, buga, inmaduro, soltero, artistoide, rebelde, pobre, escritor, pervertido, post-católico, librepensante, no titulado, diseñador amateur, novio, rico, ecologista, hijo, prodigio, sobrino, mediocre, tío, purista y melancólico. Y por si fuera poco, me huelen las patas.
Todas las definiciones anteriores sólo forman una faceta de lo que es mi conjunto, mayor a la suma de mis partes (incluidas las inmencionables), y todas y cada una de ellas, contemplada desde el punto de vista opuesto, es deleznable, obscena y rechazable, o, desde una perspectiva afín, perfectamente acertada y defendible.
Tendemos a juzgar y condenar por las particularidades que vemos (o creemos ver) en los demás. Categorizamos y creamos taxinomia y mathesis con valores completamente subjetivos y que deberían no ser tomados en cuenta para calcular el valor de una persona, dejando a un lado el hecho de quién rayos nos autorizó para hacer dicha valuación, la cual siempre será particular y jamás podrá formar parte de una generalidad justa o válida, porque ninguna lo es más que la básica, la de ser.
Ni siquiera nuestra condición de humano inteligente nos coloca por encima de las amibas, percebes, casuarios, champiñones, secuoyas, cuervos y helechos. La Declaración Universal de los Derechos Humanos pronto debería verse incluida en la Declaración Universal de los Seres Vivos y esta, a su vez, deberá incluirse en la Declaración Universal de los Derechos de la Tierra, del Sistema Solar, de la Vía Láctea y la Declaración Universal de los Derechos del Universo.
En la Isla de la Fantasía, el valor de una persona es determinado por sus acciones y respeto hacia las diferencias y similitudes de los otros, por su honestidad, no por el lugar y situación económica dentro de la que nació, por si usa sombrero o lentes, por quiénes son sus padres ni por lo que decidió no estudiar.
Ahora confieso, he discriminado. Una estrellita en la frente para los que lo aceptemos y comencemos a intentar no hacerlo. Dejemos de ser dalit.
rodävlas
lunes, 16 de marzo de 2009
Cabeza de radio
El arte en sus diversas manifestaciones está presente de forma indeleble en nuestra vida y cultura, alimentándonos, nutriéndonos, ofreciendo escapes, reflexiones, cuestionamientos, sensaciones y estados de ánimo que no se logran en el común ir y venir del día a día.
Dentro de todas, existe una manifestación artística en particular que se separa un poco de las otras por razones que en breve serán expuestas. La música.
Para ver teatro, hay que ir a donde éste sea representado, ya sea dentro de una edificación o en la calle (las esposas pueden armarlo donde sea, cuidado), pero hay que encontrarse con él. El cine es igual, con la diferencia de que puede apreciarse en casa también (si es pirata, a lo mucho puede verse, no apreciarse). La danza presenta básicamente las mismas condiciones para disfrutarse. Para leer un buen libro, se debe cargar con él y uno tiene que (si es que quiere entender lo que quieren expresar las letritas formando palabras y oraciones) concentrarse en él, cerrarse a lo que rodea a uno y sumergirse en los glifos. Lo mismo pasa con un cómic, hay que ver las líneas, colores, formas y espacios formando viñetas y secuencias, leer los globos y concatenarlos con las imágenes, tenerlo en la mano (o, recientemente, ver el monitor de la computadora o la televisión) para adentrarse en él. Una pintura o escultura sólo puede ser verdaderamente apreciada si se está frente a la pieza, en directo, cerca, significando esto que hay que ir a la galería, museo, ciertas calles o ver aproximaciones de las mismas en un libro o monitor. Las disciplinas más recientes (comparadas con las tradicionales, claro) de arte, como lo son el performance, el videoarte, la instalación, el arte digital, etc., también deben ser presenciadas para participar de ellas y generar diálogo y comunión.
Con la música pasa algo completamente distinto… está en todos lados y es prácticamente inescapable. Si no puedes ir a ella, viene a ti, te rodea y fluye por el aire, palpablemente etérea. Puedes llevarla en tu bolsillo y llega a ti a través de un par de delgados hilos de metal, se discurre vibrando por la atmósfera, órganos y objetos… si no la traes contigo o estás lejos de una emanación, puedes producirla (con calidades y resultados diversos, claro), para ti y los demás.
Si bien las otras disciplinas pueden tener algunas de estas características, sólo la música cumple o puede cumplir todas. Puedes no ir al cine ni al teatro, o al museo o al concierto, olvidar el cómic, no abrir el libro, pero, si tus oídos funcionan y está a volumen decente, no puedes huir de la música a menos que corras lejos, y es probable que tu mente la genere incluso después de eso. Podemos cerrar los ojos, separar el cuerpo, cerrar la boca o taparnos la nariz, pero no se puede hacer nada de esto con los oídos.
Existe gente a la que no le gusta la danza, el teatro, o en su vida han entrado a un museo o galería, pero todos los seres humanos, en algún momento, nos hemos visto expuestos a la música, ya sea desde los cantos arrulladores de una madre, abuela o nana, hasta el ritmo que puede producir la naturaleza y sus sonidos, pasando por las presentaciones en vivo, y todos hemos por lo menos tarareado o silbado alguna vez una canción o tonada.
Dejando a un lado los impedimentos físicos que podrían privar a diversas personas de disfrutar o generar música, también haciéndolo con toda condición racial, social, religiosa, sexual, mental o económica, esta es la disciplina artística que más alcance tiene, la más universal, y como tal, debe ser celebrada… preferentemente escuchando o cantando una buena canción en este preciso momento.
rodävlas
Dentro de todas, existe una manifestación artística en particular que se separa un poco de las otras por razones que en breve serán expuestas. La música.
Para ver teatro, hay que ir a donde éste sea representado, ya sea dentro de una edificación o en la calle (las esposas pueden armarlo donde sea, cuidado), pero hay que encontrarse con él. El cine es igual, con la diferencia de que puede apreciarse en casa también (si es pirata, a lo mucho puede verse, no apreciarse). La danza presenta básicamente las mismas condiciones para disfrutarse. Para leer un buen libro, se debe cargar con él y uno tiene que (si es que quiere entender lo que quieren expresar las letritas formando palabras y oraciones) concentrarse en él, cerrarse a lo que rodea a uno y sumergirse en los glifos. Lo mismo pasa con un cómic, hay que ver las líneas, colores, formas y espacios formando viñetas y secuencias, leer los globos y concatenarlos con las imágenes, tenerlo en la mano (o, recientemente, ver el monitor de la computadora o la televisión) para adentrarse en él. Una pintura o escultura sólo puede ser verdaderamente apreciada si se está frente a la pieza, en directo, cerca, significando esto que hay que ir a la galería, museo, ciertas calles o ver aproximaciones de las mismas en un libro o monitor. Las disciplinas más recientes (comparadas con las tradicionales, claro) de arte, como lo son el performance, el videoarte, la instalación, el arte digital, etc., también deben ser presenciadas para participar de ellas y generar diálogo y comunión.
Con la música pasa algo completamente distinto… está en todos lados y es prácticamente inescapable. Si no puedes ir a ella, viene a ti, te rodea y fluye por el aire, palpablemente etérea. Puedes llevarla en tu bolsillo y llega a ti a través de un par de delgados hilos de metal, se discurre vibrando por la atmósfera, órganos y objetos… si no la traes contigo o estás lejos de una emanación, puedes producirla (con calidades y resultados diversos, claro), para ti y los demás.
Si bien las otras disciplinas pueden tener algunas de estas características, sólo la música cumple o puede cumplir todas. Puedes no ir al cine ni al teatro, o al museo o al concierto, olvidar el cómic, no abrir el libro, pero, si tus oídos funcionan y está a volumen decente, no puedes huir de la música a menos que corras lejos, y es probable que tu mente la genere incluso después de eso. Podemos cerrar los ojos, separar el cuerpo, cerrar la boca o taparnos la nariz, pero no se puede hacer nada de esto con los oídos.
Existe gente a la que no le gusta la danza, el teatro, o en su vida han entrado a un museo o galería, pero todos los seres humanos, en algún momento, nos hemos visto expuestos a la música, ya sea desde los cantos arrulladores de una madre, abuela o nana, hasta el ritmo que puede producir la naturaleza y sus sonidos, pasando por las presentaciones en vivo, y todos hemos por lo menos tarareado o silbado alguna vez una canción o tonada.
Dejando a un lado los impedimentos físicos que podrían privar a diversas personas de disfrutar o generar música, también haciéndolo con toda condición racial, social, religiosa, sexual, mental o económica, esta es la disciplina artística que más alcance tiene, la más universal, y como tal, debe ser celebrada… preferentemente escuchando o cantando una buena canción en este preciso momento.
rodävlas
lunes, 9 de marzo de 2009
Quid custodiet ipsos custodes
Las diversas esferas de poder y sus jerarquías vuelven a esta pregunta prácticamente imposible de responder acertadamente. Dentro de la infinidad de códigos y leyes bajo las cuales nos regimos (morales, religiosas, et cetera) se encuentra una plétora de desacuerdos, ya que, en el raro y esperanzado caso de que las partes en conflicto concuerden en la autoridad que los regirá en el problema a la mano, la interpretación de la ley es personal y cada uno la adapta y toma a su conveniencia.
Ante tal premisa, ¿qué o quién nos asegura que la persona o ley a la que nos estamos apegando defenderá como propios nuestros intereses? Cuando esa ley está del lado opuesto a nuestra razón, sentido común, creencias, pensamientos, integridad o fe, ¿debemos forzarnos a seguirla? ¿Dónde termina la libertad y comienza la sedición?
En el plano religioso seguimos el consejo del sacerdote, rabino, pastor, gurú o guía de nuestra elección, pero esta persona responde a un poder e idea tan abstractos que es difícil saber dónde entra su ego y moral propia y se mezclan con el mensaje que pretende dar. Las fallas en su ejercicio pueden provocar verdaderas desgracias, tanto internas como sociales y de fe. ¿Sus aciertos y desatinos son atribuibles a dios o a su carácter de ser humano imperfecto?
Nada más peligroso que una persona que cree tener el derecho divino para hacer algo… siglos de monarquías, cruzadas, intifadas y derramamientos de sangre de mártires e infieles en el nombre de un poder divino lo demuestran.
En el plano legal, a pesar de las innumerables fallas y omisiones en la aplicación de la ley y la justicia, el código es más claro y hay una aceptación general del mismo ya que está basado en nuestros derechos y calidad humana, por lo que, en teoría, confiar en sus ejecutores y representantes no debería presentar conflictos, pero tal código es roto, modificado, interpretado y aplicado también con la más descarada holgura y conveniencia que podamos imaginar. Nuestros gobernantes, en vez de ver por el pueblo, ven por sí mismos y se gratifican, apapachan y consienten bajo el cobijo de fuero, contactos, padrinos, madrinas, galimatías y recovecos cada vez más frustrantes e inverosímiles. Con su ego, ambición y megalomanía desmedidos, la mayoría dista mucho de ser modelo a seguir, y todos hemos visto de primera mano que la consecuencia de sus actos rara vez es de la magnitud y severidad que merecen.
En el plano social nos regimos por la moralidad de la masa, pero las ideologías, razones y derechos pueden verse fácilmente obnubilados por una cantidad infinita de razones, por lo que los monitores de la sociedad no sancionados gubernamentalmente (ong's, asociaciones civiles, fundaciones) muchas veces se ven limitados a su propia cosmovisión, volviendo de vuelta falible la aplicación de reglas y códigos, los cuales no son aceptados por todos y por ende, no incluyentes.
En el plano familiar respondemos al 'señor de la casa'. La cabeza de la familia (sea quien sea la primera y sea como sea la segunda) tiene la autoridad y responde, nuevamente, a su propio sentido común, moralidad, educación y cultura, y mientras la generalidad es de un beneficio y apoyo mutuo en el núcleo familiar, sobran los ejemplos negativos que se generan de desviaciones y afectaciones varias con sus inescapables consecuencias.
Los puestos de autoridad ponen a prueba la integridad y moral (enfocada en la ética) de la persona que lo ocupa. Como ya se ha escrito, el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente. Utópica es la idea del líder y código sin fallas y con un escudo impenetrable de sabiduría universal y ecuménica dentro de los cuales se contemplen las necesidades de uno y todos por igual.
En el respeto a la individualidad, libertad e integridad del otro, podemos exigir lo mismo para nosotros, pero prácticamente resulta un gasto de letras y tiempo escribir que más de las menos veces se hace perfectamente lo contrario y terminamos imponiendo, en mayor o menor medida, nuestra voluntad, deseo e ideas.
Así las cosas, ¿a quién debo responder ulteriormente y quién tiene la autoridad para mandarme absolutamente? ¿Sobre quién tengo derecho a decidir y por qué?
rodävlas
Ante tal premisa, ¿qué o quién nos asegura que la persona o ley a la que nos estamos apegando defenderá como propios nuestros intereses? Cuando esa ley está del lado opuesto a nuestra razón, sentido común, creencias, pensamientos, integridad o fe, ¿debemos forzarnos a seguirla? ¿Dónde termina la libertad y comienza la sedición?
En el plano religioso seguimos el consejo del sacerdote, rabino, pastor, gurú o guía de nuestra elección, pero esta persona responde a un poder e idea tan abstractos que es difícil saber dónde entra su ego y moral propia y se mezclan con el mensaje que pretende dar. Las fallas en su ejercicio pueden provocar verdaderas desgracias, tanto internas como sociales y de fe. ¿Sus aciertos y desatinos son atribuibles a dios o a su carácter de ser humano imperfecto?
Nada más peligroso que una persona que cree tener el derecho divino para hacer algo… siglos de monarquías, cruzadas, intifadas y derramamientos de sangre de mártires e infieles en el nombre de un poder divino lo demuestran.
En el plano legal, a pesar de las innumerables fallas y omisiones en la aplicación de la ley y la justicia, el código es más claro y hay una aceptación general del mismo ya que está basado en nuestros derechos y calidad humana, por lo que, en teoría, confiar en sus ejecutores y representantes no debería presentar conflictos, pero tal código es roto, modificado, interpretado y aplicado también con la más descarada holgura y conveniencia que podamos imaginar. Nuestros gobernantes, en vez de ver por el pueblo, ven por sí mismos y se gratifican, apapachan y consienten bajo el cobijo de fuero, contactos, padrinos, madrinas, galimatías y recovecos cada vez más frustrantes e inverosímiles. Con su ego, ambición y megalomanía desmedidos, la mayoría dista mucho de ser modelo a seguir, y todos hemos visto de primera mano que la consecuencia de sus actos rara vez es de la magnitud y severidad que merecen.
En el plano social nos regimos por la moralidad de la masa, pero las ideologías, razones y derechos pueden verse fácilmente obnubilados por una cantidad infinita de razones, por lo que los monitores de la sociedad no sancionados gubernamentalmente (ong's, asociaciones civiles, fundaciones) muchas veces se ven limitados a su propia cosmovisión, volviendo de vuelta falible la aplicación de reglas y códigos, los cuales no son aceptados por todos y por ende, no incluyentes.
En el plano familiar respondemos al 'señor de la casa'. La cabeza de la familia (sea quien sea la primera y sea como sea la segunda) tiene la autoridad y responde, nuevamente, a su propio sentido común, moralidad, educación y cultura, y mientras la generalidad es de un beneficio y apoyo mutuo en el núcleo familiar, sobran los ejemplos negativos que se generan de desviaciones y afectaciones varias con sus inescapables consecuencias.
Los puestos de autoridad ponen a prueba la integridad y moral (enfocada en la ética) de la persona que lo ocupa. Como ya se ha escrito, el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente. Utópica es la idea del líder y código sin fallas y con un escudo impenetrable de sabiduría universal y ecuménica dentro de los cuales se contemplen las necesidades de uno y todos por igual.
En el respeto a la individualidad, libertad e integridad del otro, podemos exigir lo mismo para nosotros, pero prácticamente resulta un gasto de letras y tiempo escribir que más de las menos veces se hace perfectamente lo contrario y terminamos imponiendo, en mayor o menor medida, nuestra voluntad, deseo e ideas.
Así las cosas, ¿a quién debo responder ulteriormente y quién tiene la autoridad para mandarme absolutamente? ¿Sobre quién tengo derecho a decidir y por qué?
rodävlas
lunes, 2 de marzo de 2009
Música desechable
Enciendo la radio para oír, como fondo, ruido blanco y amenizador, música que esté actualmente en la rotación de una estación que presente cosas nuevas y variadas, ya sea por calidad propia o por la respectiva payola. Tras presionar el botón de encendido, comerciales, como siempre; tomo mi lápiz y me acomodo para comenzar a bosquejar, las líneas, formas y sombras empiezan a fluir poco a poco sobre el papel, ajusto un poco el volumen y regreso al restirador.
El locutor entra tras un interminable corte publicitario y habla del nuevo proyecto de no sé quién, citándolo como una propuesta fresca y, tras elogiarla, da la indicación para que suene la nueva y bonita melodía… y lo que escucho son fierros y cristales al rojo vivo rechinando unos contra otros y siendo enterrados en los órganos reproductores de hienas en brama encarceladas, hacinadas y famélicas, la hermosa tonada, propiamente, habla de una chica que ha perdido a su perro malagradecido, y el canino ha olvidado su hueso. Pinche perro.
La escena musical en México y el mundo está plagada de bazofia. Sí, bazofia. Descrita hace dos años por un vocalista que admiro como 'música de kleenex', es precisamente eso, desechable y no merece más que el momento en el que se escucha para darse cuenta de que jamás se oirá de nuevo, y así está mejor.
¿Qué nos puede dejar una canción escrita en 20 minutos? ¿O menos? ¿Con la calidad de un huevo podrido? ¿Por qué se insiste en apoyar la basura, mientras grupos con propuestas interesantes se hunden en el olvido por falta de oportunidad o un contacto bien colocado en la industria o una amplia cuenta de banco?
Hace unos años, en un estudio más o menos creíble, pero comprobado empíricamente, se determinó que la canción pop promedio llegaba al coro en alrededor de 26 segundos. La propagación del fenómeno de la satisfacción inmediata es mundial, no sólo provocado por compañías como Televisa o TV Azteca, el hecho es que escasea la calidad y el compromiso de muchísimos grupos por hacer música que se quede en tu mente y oídos más de tres minutos.
Este sábado tuve oportunidad de ver en vivo, por tercera vez, a una de las bandas más grandes del mundo, Iron Maiden. Te guste su música o no, ¿quién puede hablar mal, en un sentido de calidad y compromiso, de una banda que ha permanecido vigente por tres décadas, en cuyos conciertos puedes ver desde cincuentones hasta niños de 15 años y los respectivos hijos pequeños de los cincuentones? Un grupo comprometido consigo mismo y su calidad se refleja en los seguidores que tiene, fieles y entregados, y creando nuevos a cada momento.
La música, como expresión artística, permite que existan desde las cosas que valen la pena hasta la peor de las basuras, claro. El problema reside en que dicha basura es más socorrida por empresas, oídos y grupos, porque te presentan una satisfacción inmediata apoyada por la conciencia media y la desesperación, estrés y ritmo de vida actual de la población mundial en general. Hay música para todos los gustos y estados de ánimo, y todos estamos en nuestra entera libertad de regalarnos, de vez en cuando, algún 'placer culposo', pero la mediocridad debería ser inaceptable, o por lo menos, rechazada de inmediato. Lo curioso es que sale algo tan malo y apestoso que se vuelve 'cool' y es apoyado inmediatamente, porque termina siendo tan malo que es bueno. Todos nos reímos con una canción tan nefasta que hasta da pena ajena, pero caemos en el hecho de que ese tipo de basura se vuelve generalidad, costumbre y gusto, lo cual, en mi opinión, va en detrimento de la música que realmente es buena, sea del género que sea, esa que te hace mover el pie o la cabeza, pero que a su vez te hace sentir un hormigueo en la nuca y se queda contigo por años o el resto de tu vida, esa que te cambia y te llena en los pocos o muchos minutos que dura formalmente, pero que, dentro de ti, perdura.
Mediocres, absténganse.
rodävlas
El locutor entra tras un interminable corte publicitario y habla del nuevo proyecto de no sé quién, citándolo como una propuesta fresca y, tras elogiarla, da la indicación para que suene la nueva y bonita melodía… y lo que escucho son fierros y cristales al rojo vivo rechinando unos contra otros y siendo enterrados en los órganos reproductores de hienas en brama encarceladas, hacinadas y famélicas, la hermosa tonada, propiamente, habla de una chica que ha perdido a su perro malagradecido, y el canino ha olvidado su hueso. Pinche perro.
La escena musical en México y el mundo está plagada de bazofia. Sí, bazofia. Descrita hace dos años por un vocalista que admiro como 'música de kleenex', es precisamente eso, desechable y no merece más que el momento en el que se escucha para darse cuenta de que jamás se oirá de nuevo, y así está mejor.
¿Qué nos puede dejar una canción escrita en 20 minutos? ¿O menos? ¿Con la calidad de un huevo podrido? ¿Por qué se insiste en apoyar la basura, mientras grupos con propuestas interesantes se hunden en el olvido por falta de oportunidad o un contacto bien colocado en la industria o una amplia cuenta de banco?
Hace unos años, en un estudio más o menos creíble, pero comprobado empíricamente, se determinó que la canción pop promedio llegaba al coro en alrededor de 26 segundos. La propagación del fenómeno de la satisfacción inmediata es mundial, no sólo provocado por compañías como Televisa o TV Azteca, el hecho es que escasea la calidad y el compromiso de muchísimos grupos por hacer música que se quede en tu mente y oídos más de tres minutos.
Este sábado tuve oportunidad de ver en vivo, por tercera vez, a una de las bandas más grandes del mundo, Iron Maiden. Te guste su música o no, ¿quién puede hablar mal, en un sentido de calidad y compromiso, de una banda que ha permanecido vigente por tres décadas, en cuyos conciertos puedes ver desde cincuentones hasta niños de 15 años y los respectivos hijos pequeños de los cincuentones? Un grupo comprometido consigo mismo y su calidad se refleja en los seguidores que tiene, fieles y entregados, y creando nuevos a cada momento.
La música, como expresión artística, permite que existan desde las cosas que valen la pena hasta la peor de las basuras, claro. El problema reside en que dicha basura es más socorrida por empresas, oídos y grupos, porque te presentan una satisfacción inmediata apoyada por la conciencia media y la desesperación, estrés y ritmo de vida actual de la población mundial en general. Hay música para todos los gustos y estados de ánimo, y todos estamos en nuestra entera libertad de regalarnos, de vez en cuando, algún 'placer culposo', pero la mediocridad debería ser inaceptable, o por lo menos, rechazada de inmediato. Lo curioso es que sale algo tan malo y apestoso que se vuelve 'cool' y es apoyado inmediatamente, porque termina siendo tan malo que es bueno. Todos nos reímos con una canción tan nefasta que hasta da pena ajena, pero caemos en el hecho de que ese tipo de basura se vuelve generalidad, costumbre y gusto, lo cual, en mi opinión, va en detrimento de la música que realmente es buena, sea del género que sea, esa que te hace mover el pie o la cabeza, pero que a su vez te hace sentir un hormigueo en la nuca y se queda contigo por años o el resto de tu vida, esa que te cambia y te llena en los pocos o muchos minutos que dura formalmente, pero que, dentro de ti, perdura.
Mediocres, absténganse.
rodävlas
Suscribirse a:
Entradas (Atom)